La mañana del martes 19 de enero de 2016 un paciente y un donante fueron ingresados a sala de operaciones, en el área de Nefrología del Hospital General de Enfermedades del IGSS, zona 9. Un joven de 21 años, decidió donar uno de sus riñones para cambiar la vida de su mejor amigo, de 31 años. 

Cirujanos, nefrólogos, anestesiólogos, enfermeras y asistentes inician las cirugías. Un equipo de especialistas para extraer el riñón y otro para recibirlo y trasplantarlo.

Los minutos transcurren y cada equipo de médicos se enfoca en lo suyo, hasta que el doctor William Molina que dirige la cirugía del donante anuncia “tiempo”, es el momento en que se logra la extracción del órgano, inmediatamente es llevado a un recipiente con hielo triturado que garantiza que el riñón esté en buen estado en los segundos que durará su traslado a la segunda sala de operaciones, a cargo del doctor Carlos Herrera en donde se inicia la cirugía para que pase a formar parte de su cuerpo y de su nueva vida.

Esta vez fue un amigo que donó su riñón, pero la mayoría de casos es un familiar del paciente. 

Este es el trasplante de riñón número 650 que practican especialistas del Hospital General de Enfermedades cuyo trabajo contribuye al cambio de vida de pacientes renales que dependían de hemodiálisis para sobrevivir.

El equipo de profesionales del IGSS finaliza la faena y llevan a los pacientes a recuperación. Ahora pueden disfrutar de la misión cumplida. La deficiencia renal provoca el colapso de este importante órgano y hace que la vida de la persona que lo padece pueda cambiar radicalmente, dependiendo de la condición en que se encuentre.

Si los padecimientos son leves, se puede controlar con medicamentos y mejorando los hábitos alimenticios, pero cuando esta enfermedad se encuentra avanzada, es necesaria la aplicación de la diálisis peritoneal o la hemodiálisis. Después de eso, solo podría optar al trasplante de riñón. Aunque esta opción resulta tan difícil de contemplar, en el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social existe un programa de trasplante de riñón que cuenta con sus propios protocolos médicos de funcionamiento, recurso humano altamente especializado y las alternativas de donante vivo y donante cadavérico.

La donación cadavérica es menos frecuente debido a que la mayoría de casos es difícil que la familia de una persona fallecida acepte la donación de órganos, con lo cual estarían dando vida a otra persona que lo necesita. El jefe de Nefrología del IGSS, doctor Vicente Sánchez Polo explica, la persona que recibe un trasplante de riñón cambia su calidad de vida, mantiene su independencia y evita las molestias que le puedan causar la práctica de diálisis y hemodiálisis.