La preeclampsia es un padecimiento que se refleja en padecer alta presión arterial a partir de 20 semanas de embarazo, aproximadamente. Se diferencia de la hipertensión gestacional en que se detectan proteínas en la orina.
De acuerdo con la especialista Gabriela Sánchez Camel, del Hospital de Gineco Obstetricia, los síntomas pueden ser leves, pero en algunas pacientes no se manifiestan. En los casos más graves las molestias principales consisten en problemas visuales como ver luces, dolores de cabeza y en la boca del estómago.
Si esos síntomas se presentan, podría haber un daño más profundo en el plano neurológico durante el alumbramiento y la madre podría convulsionar, entonces la preeclampsia se convierte en eclampsia.
En los casos más graves las molestias principales consisten en problemas visuales como ver luces, dolores de cabeza y en la boca del estómago.
Para tratar esta afección, se establece un control prenatal en la clínica de alto riesgo, se realizan exámenes de laboratorio y se prescriben medicamentos antihipertensivos, los cuales son utilizados para reducir la presión arterial. En adición, se hace un monitoreo materno fetal semanal o cada dos semanas, dependiendo de la edad gestacional.
La doctora Sánchez aconsejó que en la etapa de postparto las mamás deben continuar un monitoreo de la presión arterial, ya que puede tornarse en hipertensión crónica. “Si tenemos antececentes de que la paciente sufrió preeclampsia en un embarazo, la probabilidad de que la desarrolle en el siguiente embarazo es bastante alta, por eso es importante que lo mencione en su control prenatal para tomar las medidas preventivas”.
Entre los factores que llevan a sufrir esta complicación se encuentran las enfermedades renales y de la sangre, diabetes, lupus y embarazos múltiples, edad materna de 40 años, tabaquismo y obesidad. “El sobrepeso es una de las condiciones que más vemos aquí”, enfatizó la especialista.
La doctora Sánchez recomendó acudir con prontitud a los servicios de salud, comer vegetales y frutas para mantener el peso adecuado, así como evitar la comida procesada. “Las pacientes deben tener asesoría prenatal antes de quedar embarazadas y así iniciar el proceso en mejores condiciones”, concluyó.