Un alfaque puede definirse como una corriente hacia dentro del mar, que fluye a través de una especie de zanja o río formado por un banco de arena. Este fenómeno natural es una de las causas más comunes de fallecimiento por ahogamiento, pues arrastra a sus víctimas hasta 500 metros.

El riesgo se hace mayor debido a que no es visible y el lugar donde se produce aparenta ser un espacio tranquilo. “Se pone como piscinita”, explicó el doctor Mynor Mejía, jefe de la Sección de Seguridad e Higiene y Prevención de Accidentes del Seguro Social, quien agregó que es posible identificar un alfaque por su coloración, ya que comúnmente su agua se torna oscura o amarillenta.

El licenciado Álvaro Enrique Barillas Roche, jefe del Cuerpo de Salvamento del IGSS, indicó que el gran error de las personas que quedan atrapadas en un alfaque es entrar en pánico. “Si saben nadar no deben intentar regresar hacia la playa, sino que hay que aprovechar la corriente y avanzar hacia los costados, en una trayectoria en diagonal”, explicó.

Durante el año 2022, el IGSS realizó 20 mil 529 rescates preventivos y 497 de riesgo

Hacer lo contrario implica mayor esfuerzo, lo que deriva en calambres y fatiga que dificultan, incluso, los gritos de auxilio. Por esa razón, los especialistas recomiendan poner atención al comportamiento de las olas, no ingresar al mar en estado alcohólico, inmediatamente después de comer o sin la presencia cercana de salvavidas.

Durante el año 2022, el Instituto realizó 20 mil 529 rescates preventivos y 497 de riesgo. De estos últimos, 80 por ciento estuvieron relacionados directa o indirectamente con alfaques y fue necesario practicar reanimación cardiopulmonar (RCP).

Por lo anterior, un promedio de 150 salvavidas estará desplegado en este descanso de Semana Santa a los puntos de más afluencia de veraneantes, entre ellos el puerto San José, Iztapa, Monterrico, El Paredón, La Empalizada, Las Lisas, Champerico, El Semillero, las playas principales de Panajachel y Amatitlán, además de centros recreativos.