En su etapa inicial, la tos ferina suele confundirse con un resfriado común porque comparte síntomas similares; sin embargo, el cuadro clínico de esta se vuelve más severo y puede causar complicaciones, por lo que es necesario conocer los signos para identificarla de manera temprana.

El doctor Óscar Donis, jefe de la Sección de Epidemiología, informó que la tos ferina es una enfermedad altamente contagiosa que puede afectar a todas las personas, sin embargo, la población más susceptible son los bebés y los niños menores de 5 años.

Durante 2024 se confirmaron 9 casos de tos ferina en el país, de acuerdo con el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social.

El síntoma más característico de esta enfermedad son los ataques de tos, la cual es fatigante, persistente y puede durar semanas. En algunos casos puede producir vómitos y hasta convulsiones por la misma severidad de la tos.

Tiene una duración regular de 6 semanas y se presenta en tres etapas: la etapa catarral que presenta síntomas parecidos al catarro común, la etapa paroxística que es cuando se comienzan a presentar los ataques de tos y la etapa convaleciente en la cual los síntomas como la tos empiezan a desaparecer.

Los primeros síntomas suelen iniciar entre el día 7 y 10 después de la infección.

Similitudes y diferencias con un resfriado

 De acuerdo con el profesional, inicialmente la tos ferina comparte los mismos síntomas de otras enfermedades agudas, que incluyen:

  • Congestión nasal
  • Rinorrea
  • Estornudos
  • Fiebre leve

Sin embargo, se debe sospechar de tos ferina en niños cuyo cuadro clínico desarrolla una tos que aumenta en frecuencia y severidad, acompañado de un estridor o silbido, y que posiblemente se acompañe de vómitos posterior a los ataques de tos.

El Instituto ha incrementado los esfuerzos para ampliar la cobertura de la vacunación, revisando carnés y poniendo al día los esquemas de vacunación.

El especialista resaltó que esta no es una enfermedad que pueda curarse en casa ya que puede generar complicaciones como neumonía, por lo que es importante acudir al médico, sobre todo, si se ha estado en contacto con otras personas con sospecha de tos ferina.

La prevención es primero

La principal forma de prevenirla es la vacunación. El Instituto cuenta con la vacuna para la inmunización de los niños menores de 1 año y menores de 5 años. En el caso de la vacuna contra Bordetella Pertussis que es la bacteria que produce la tos ferina, el esquema de vacunación es el siguiente:

En niños menores de un año se administra la vacuna pentavalente a los 2, 4 y 6 meses. Esta incluye inmunización contra difteria, tétanos, tos ferina, hepatitis B e influenza tipo B.

El uso de mascarillas es recomendado en menores al padecer alguna enfermedad respiratoria.

Al cumplir los 18 meses de vida se administra la primera dosis de refuerzo contra la tos ferina a través de la vacuna DPT, que también protege contra la difteria y el tétanos. La segunda dosis de refuerzo se administra a los 4 años.

El doctor Donis agregó que también se deben aplicar las medidas básicas para la prevención de enfermedades infecciosas como:

  • Lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón o gel.
  • Al toser o estornudar cubrirse la boca flexionando el codo, en caso de no disponer de pañuelo.
  • Limpiar con regularidad las superficies que constantemente se toca, sobre todo si fueron tocadas por personas enfermas.
  • Evitar las aglomeraciones, priorizando lugares o espacios con aire libre.
  • Evitar tocarse los ojos nariz y boca, ya que las manos facilitan la transmisión de enfermedades.
  • Utilizar mascarilla cuando considere estar padeciendo de una enfermedad respiratoria.
  • Aislarse cuando se presenten síntomas respiratorios.
  • Mantener los ambientes de casa, trabajo, escuela, lo más ventilados posibles.

“Es importante que las personas estén bien informadas sobre la enfermedad, para tomar las medidas preventivas del caso”, finalizó el profesional.