La infancia, niñez y adolescencia son etapas vulnerables que marcan la vida adulta en los planos físico, psicológico y social. Por ello, el maltrato infantil no tiene cabida para alcanzar una existencia plena y de bienestar en general.

En el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) nos unimos contra esa compleja problemática global, conmemorando el Día Internacional de la Lucha contra el Maltrato Infantil.

Y lo hacemos en dos frentes: con un llamado a la detección temprana y alzar la voz para evitar efectos permanentes, o letales. Y acercando y reforzando cada  una atención médica integral a sus asegurados pediátricos de todo el país.

Pero ¿Qué es maltrato infantil? Este se define como los abusos y la desatención relacionada a los menores de 18 años.

Se incluyen todos los tipos de maltrato físico, psicológico, abuso sexual, negligencia y explotación comercial que causan daño a la salud, desarrollo o dignidad del niño, o poner en riesgo su supervivencia en el contexto de una relación de responsabilidad, confianza o poder.

En las Unidades IGSS existen comités que velan por la prevención del maltrato infantil.

“En las Unidades Médicas del IGSS están los Comités de Prevención y Tratamiento de Maltrato Infantil y Abuso Sexual -CPTMI-, encargados de realizar campañas informativas e intervenciones oportunas y asertivas contra este flagelo que arrebata la felicidad de la niñez víctima”, señaló la pediatra Vanessa Dávila, del Depto. de Medicina Preventiva del IGSS.

Por todo lo anterior, es importante estar atentos a señales físicas de agresión como lesiones en la piel, moretones, rasguños, quemaduras, mordeduras y lesiones óseas.

Y en el aspecto psicológico están el miedo, ansiedad, pesadillas, agresividad, cambios en el comportamiento, berrinches, baja autoestima, aislamiento social, dificultades en la escuela y sentimientos de impotencia, entre otros. También considerar el bullying, ciberacoso, grooming y sexting.

El Instituto brinda atención integral a los asegurados pediátricos, un derecho a la salud que se cumple a cabalidad.

Los niños que viven en situaciones de abuso, maltrato o negligencia enfrentan un riesgo mayor de alteraciones cognoscitivas con un impacto negativo importante en el desarrollo del lenguaje, el aprendizaje y la superación escolar.

“Defendamos los derechos de nuestros menores, su futuro depende de nosotros”, finalizó Dávila.