El acompañamiento emocional es un pilar fundamental en el tratamiento del cáncer de mama. Así lo destacó la doctora Claudia María García Molina, PhD, psicóloga del Hospital de Gineco Obstetricia, quien señaló que este tipo de diagnóstico genera altos niveles de ansiedad, depresión y temor en las pacientes. “La contención emocional favorece la adherencia al tratamiento, mejora la resiliencia y disminuye el abandono terapéutico”, explicó.

Desde la atención psicológica, se emplean intervenciones breves centradas en la regulación emocional, manejo de la imagen corporal y fortalecimiento de las redes de apoyo.
Estas herramientas han demostrado un impacto positivo en la recuperación de las pacientes, mejorando su calidad de vida durante y después del tratamiento.
El abordaje integral también incluye a la familia. La especialista indicó que “la inclusión de los seres cercanos mediante orientación psicoeducativa y sesiones de apoyo reduce la sensación de soledad y mejora la adherencia al tratamiento”.

La red de apoyo social compuesta por familia, amigos, personal médico y grupos de pacientes actúa como un factor protector clave. En el Instituto existen espacios grupales coordinados por Psicología y la Escuela de la Salud, donde las pacientes comparten experiencias, fortalecen su autoestima y desarrollan estrategias para afrontar la enfermedad, compartió.
En el Área de Psicología del Hospital de Gineco Obstetricia del IGSS se brinda atención a entre 45 y 60 pacientes con cáncer de mama al mes.
Según datos internos, el 70 % de ellas presenta una mejoría significativa en síntomas emocionales tras tres meses de apoyo terapéutico.

El Instituto continúa fortaleciendo la atención integral de sus derechohabientes, promoviendo no solo la recuperación física, sino también el bienestar emocional de cada paciente lo que repercute en su entorno personal.








