En conmemoración al Día del Enfermero, el Hospital General de Enfermedades llevó a cabo un conversatorio con la participación de personal del Área de Enfermería Pediátrica, quienes compartieron experiencias, reflexiones y desafíos que enfrentan día a día en su labor.

Durante la actividad se abordaron temas como la atención humanizada, el equilibrio entre el trato cálido y la alta demanda laboral, así como los retos emocionales y físicos que supone una jornada en el área pediátrica. Los participantes coincidieron en la importancia de no perder la sensibilidad, incluso en medio del cansancio y la presión del entorno hospitalario.

Con la asistencia de 25 enfermeros, enfermeras auxiliares y profesionales se llevó a cabo el conversatorio

“Hay momentos que te marcan para siempre, especialmente cuando acompañas a un niño o a sus padres en los momentos más difíciles, eso no se olvida”, expresó la enfermera graduada, Dalia Monterroso.

La actividad también permitió que los profesionales compartieran anécdotas personales que reflejan la entrega y vocación que requiere el cuidado pediátrico. Historias de esperanza, superación y también de pérdida, hicieron recordar a los presentes la dimensión humana de la enfermería, muchas veces invisibilizada.

El conversatorio además de tocar temas de salud sirvió como un espacio de desahogo emocional y fortalecimiento colectivo.

La jornada se llevó a cabo sirviendo no solo como un espacio de aprendizaje, sino también como un merecido homenaje a quienes día a día cuidan la salud de los más pequeños con profesionalismo y compasión.

El Hospital General de Enfermedades busca fortalecer al personal de enfermería, reconociendo que su labor es esencial para el sistema de salud y el bienestar de la niñez beneficiada.

Los participantes resaltaron la necesidad de contar con más espacios de diálogo entre colegas, donde puedan compartir no solo conocimientos técnicos, sino también vivencias que impactan su salud mental.

Este tipo de dinámicas funcionan como espacios de diálogo y fortalecimiento para el equipo de enfermería donde comparten sus vivencias humanas.

 

La conversación permitió visibilizar cómo el trabajo en enfermería pediátrica no solo requiere habilidades clínicas, sino también una profunda resiliencia emocional para enfrentar situaciones complejas sin perder la calidez en el trato.