En el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS), la nutrición es una herramienta fundamental dentro del modelo de atención integral. Así lo afirma Stephanie Bendfeldt Aragón, nutricionista del Hospital Modular Zona Once, de la Unidad Periférica Zona Once, quien resalta la importancia de abordar el estado nutricional de los pacientes como parte de su tratamiento médico.
El trabajo del nutricionista permite reducir riesgos de morbilidad y complicaciones, especialmente en casos de enfermedades crónicas no transmisibles como diabetes, hipertensión, enfermedad renal crónica, hepatopatías o cardiopatías. También se brinda apoyo a pacientes oncológicos, críticos o con condiciones hematológicas.

“La nutrición adecuada mejora notablemente los valores bioquímicos y el bienestar general. Los pacientes reportan más energía y mejor calidad de vida”, señala Bendfeldt, quien también enfatiza que la educación nutricional es un pilar para la adherencia al tratamiento y la autonomía del paciente.
Entre los principales errores alimenticios en la población afiliada están el consumo excesivo de carbohidratos simples, alimentos ultra procesados, sal, alcohol y tabaco, además del sedentarismo. Estos factores, advierte, aumentan el riesgo de enfermedades crónicas.

En cuanto a las intervenciones, el IGSS realiza evaluaciones clínicas, dietéticas y bioquímicas individualizadas tanto a pacientes hospitalizados como ambulatorios. Estas se coordinan estrechamente con los médicos tratantes para asegurar una atención integral y efectiva.
Sin embargo, persisten desafíos como el poco tiempo disponible para las consultas nutricionales, la escasez de suplementos y la limitada cantidad de profesionales, especialmente en consulta externa.

En el Día del Nutricionista, el IGSS reitera su compromiso con una atención centrada en la prevención y en la salud integral. “Alimentarse bien no solo previene enfermedades: prolonga la vida y fortalece nuestro futuro”, concluyó la profesional.