La ergonomía en el ámbito profesional en más que el tema de la comodidad o del bienestar físico, se considera una herramienta fundamental para cuidar la salud mental de los trabajadores. Según la licenciada en psicología, Sarina Gónzalez, de la Clínica de Personal de Oficinas Centrales, aplicar prácticas ergonómicas reduce significativamente el estrés, la ansiedad y la percepción de sobrecarga laboral.

“El concepto de ergonomía probablemente es muy poco conocido, sin embargo, nos ayuda mucho, es de gran impacto en el ámbito laboral”, explicó la licenciada. Añadió que su implementación previene problemas de pensamientos intrusivos, ataques de pánico y cuadros depresivos derivados de una mala gestión del entorno laboral.
Entre las recomendaciones destacan las pausas activas y visuales, que son ignoradas durante la jornada. “No tenemos el hábito de las pausas activas, no tenemos el hábito de los descansos, que son importantes cada cierto tiempo”, señaló. Los momentos de recuperación se consideran esenciales en el día para que el trabajador mantenga el equilibrio físico y emocional en la rutina.

También es fundamental contar con espacios de trabajo apropiados, la psicóloga enfatizó que “tener los espacios adecuados, limpios, ordenados, para sentirse cómodos genera salud mental, higiene mental”. El orden, organización y un ambiente favorable influyen directamente en la concentración, el ánimo y la productividad, ayudando a disminuir la fatiga mental.
El IGSS impulsa la concientización para promover el uso de prácticas ergonómicas en el trabajo y reconoce el impacto en indicadores clave para las empresas, así como en su reputación.

“Con buenas prácticas ergonómicas reduciremos el ausentismo y evitaremos lesiones”, dijo la profesional en salud mental. Concientizar sobre estas prácticas es una inversión en salud mental y rendimiento laboral.