En el Hospital General de Enfermedades se cuenta con un equipo de especialistas liderado por oncólogos pediatras, que atiende a todos los pacientes pediátricos con sospecha o diagnóstico confirmado. La institución dispone de protocolos estandarizados para cada etapa del proceso, desde la evaluación inicial, los estudios diagnósticos y el abordaje terapéutico, hasta el seguimiento continuo.

La doctora Sofía López, oncóloga pediatra, explicó que los tipos de cáncer más frecuentes son las leucemias, linfomas, tumores cerebrales y tumores sólidos como el de Wilms o el hepatoblastoma. “La detección temprana no solo mejora las probabilidades de curación, sino que también reduce las complicaciones durante el tratamiento”, afirmó.

Conocer los signos de alerta puede marcar la diferencia en el pronóstico del cáncer infantil.

El diagnóstico depende del tipo de cáncer. Puede incluir estudios de médula ósea, imágenes especializadas o biopsias quirúrgicas, según cada caso. Una vez confirmado, el tratamiento se adapta al estadio de la enfermedad y puede incluir quimioterapia, radioterapia, inmunoterapia o cirugía. “Algunos pacientes pueden acceder a terapias dirigidas si presentan alteraciones genéticas específicas”, añadió la especialista.

Aunque el cáncer infantil no se puede prevenir, el IGSS trabaja en la promoción de signos de alerta entre padres y médicos. “Síntomas como fatiga persistente, pérdida de peso, sudoración nocturna, sangrados sin causa, bultos, o cambios en el comportamiento deben ser motivo de consulta inmediata”, indicó la doctora López. El Instituto atiende entre 50 y 100 niños con cáncer mensualmente.

“La detección temprana no solo mejora las probabilidades de curación, sino que también reduce las complicaciones durante el tratamiento.” Dra. Sofía López.

La doctora López señaló que la detección temprana del cáncer infantil es clave. Entre las señales de alerta están: cansancio extremo, pérdida de peso, sudoración nocturna, moretones y sangrados sin causa, bultos en cuello o abdomen, abdomen duro, reflejo blanquecino en los ojos, dolores de cabeza intensos y cambios de comportamiento. Ante cualquiera de estos signos, es vital acudir al médico para una evaluación oportuna.

La detección oportuna es clave para mejorar el pronóstico. El Instituto también hace un llamado al personal de salud a realizar evaluaciones completas y no subestimar signos clínicos. “Referir a tiempo puede salvar vidas. Todos los médicos que traten a niños deben conocer estos signos y actuar sin demoras”, concluyó la especialista. El IGSS continúa fortaleciendo sus capacidades humanas y técnicas para brindar atención de calidad, esperanza y dignidad a cada paciente pediátrico.