Más allá del cuidado que se le brinda a los enfermos en las distintas unidades del IGSS, el personal de enfermería constituye una parte de esa medicina eficaz para disipar la ansiedad al momento de que el paciente enfrenta problemas de salud.

Los enfermeros hacen un juramento al graduarse, lo cual es la piedra angular de los servicios y compromisos para con el afiliado, ya que sus tereas se basan en suministrar medicamentos, completar tareas administrativas, extraer muestras para realizar análisis, velar por la higiene de los pacientes, monitorear su estado y su evolución y dar instrucciones para que cuando salga del Seguro Social continúen su tratamiento adecuadamente.

En el momento de las emergencias deben hacer sentir al paciente que está siendo respaldado, lo cual será una motivación en esos momentos difíciles en los que tanto el usuario como el personal de enfermería se encuentran en el pasillo de la esperanza para superar la enfermedad.

Vilma Simón, auxiliar de enfermería, cuenta que le tomó mucho cariño a una paciente quien por las noches se acercaba al grupo de enfermeras y conversaba muy alegre, también experimentaba tristeza y le decía que Dios tenía un propósito para su vida, era maquillista. La motivamos y un día dispuso maquillar a todas las pacientes que se encontraban en sus camas para que lucieran más bonitas, lamentablemente murió de lupus.

“Uno se identifica mucho con los enfermos, sobre todo con los niños, en ocasiones cuando voy por la calle algunas personas me saludan y me recuerdan que estuvieron como pacientes en el hospital. En ocasiones me dan un obsequio, lo cual me hace sentir bien”, expresó Mario Quiroa, jefe de Servicio de Cuidados Intermedios de Adultos, quien tiene 26 años de trabajar en el IGSS.