Planificar un embarazo conlleva cuidados que deben implementarse antes de la concepción. Una de las medidas de prevención más importantes es evitar el consumo de alcohol, ya que, si la futura madre lo ingiere, su bebé podría padecer los trastornos de alcoholismo fetal (TEAF).

 La doctora Jarmila Liska, especialista materno fetal del Hospital de Gineco Obstetricia del Instituto Guatemalteco de Seguro Social (IGSS), explicó que el TEAF desencadena un retraso mental en el bebé, que va de leve a severo, lo cual sucede cuando el alcohol atraviesa la placenta. Dependiendo del trimestre del embarazo y de la cantidad de alcohol ingerida, hay bebés que desarrollan ese trastorno solamente porque la madre bebió una copa. Aún no se sabe cuál es la cantidad exacta de alcohol que perjudica al feto.

Uno de los órganos que más consecuencias sufren es el cerebro debido a que es aquí donde se tiene más replicación celular y la migración de las neuronas. El alcohol causa la pérdida de neuronas, algo que desencadena un retraso mental severo en el bebé. Además del cerebro, la cara del niño es afectada.

Un aspecto subrayado por la doctora Liska es que incluso si el retraso no es severo, el bebé puede padecer un espectro de enfermedades mentales. Advirtió que le será difícil el proceso de aprendizaje y el manejo de sus relaciones psicosociales. En ese caso, tendría un retraso leve o moderado, así como alteraciones en el lenguaje y cognitivas.

Durante el embarazo no deberíamos consumir alcohol, preferiblemente meses previo al embarazo para tener una adecuada evolución – Dra. Jarmila Liska

Otros daños que pueden ser causados cuando el alcohol atraviesa la placenta es el desprendimiento placentario o retraso en el crecimiento del feto, entre otras patologías de la gestación. La especialista enfatizó que esas complicaciones se pueden evitar no bebiendo alcohol.

La doctora Liska reconoció que las mujeres en edad reproductiva son jóvenes y con una vida social establecida, por lo cual recomendó que si planean tener un bebé, deben detener el consumo de alcohol, tabaco y otras sustancias meses antes y durante el embarazo.