Cuidar de los menores de cinco años con una alimentación sana y variada prevendrá que padezcan de desnutrición crónica o aguda  en la etapa de crecimiento y sean vulnerables a contraer enfermedades y padecer de retraso en el aprendizaje.

El permanecer llorando, estar triste, no jugar, no ingerir alimentos y enfermarse con frecuencia, son los principales signos y síntomas de la desnutrición que los padres de familia deben detectar a tiempo, dijo la doctora Mónica Rodríguez, encargada de la Sección de Higiene Materno Infantil del Seguro Social.

La doctora Rodríguez agregó que una prolongada mala alimentación puede causar  desnutrición grave. “Los síntomas como la pérdida de peso, desgaste de grasa, músculo, hinchazón de piernas, brazos y rostro, delgadez excesiva, problemas de piel, debilidad del cabello y uñas, son signos que indican que la desnutrición es grave y puede atentar contra la vida del paciente.

“Es importante que exista un control en el desarrollo y el  crecimiento de los pequeños y es de suma importancia que  en los primeros seis meses de vida sean alimentados con leche materna y posteriormente se deben incluir en la alimentación frutas, verduras  y proteínas,  según lo indique el pediatra”, destacó la profesional entrevistada.

La doctora Rodríguez hizo un llamado a los padres de familia a que asistan con sus pequeños a los controles de  niño sano en la unidad médica del IGSS correspondiente para ser evaluados física y nutricionalmente; además, deben cumplir con los esquemas de vacunación.

Los padres  tienen que tomar en cuenta que la alimentación de los niños mayores de un año debe incluir cereales, tubérculos, frutas, verduras, carne, pollo y pescado, alimentos que deben ser preparados con una buena higiene.