Desayunar pan con jamón o comer un suculento platillo de carne asada en el almuerzo puede ser irresistible. También lo es beber licor en la terraza. Sin embargo, ingerirlos con frecuencia podría elevar el ácido úrico en la sangre, así lo afirmó la doctora Andrea Crasborn Méndez, médica internista del Hospital General de Enfermedades.

Dra. Andrea Crasborn Méndez.

El ácido úrico es un producto de la degradación de las purinas, las cuales son compuestos orgánicos que se encuentran en las células del cuerpo, aunque también se obtienen de la dieta. Los riñones se encargan de eliminar el ácido úrico a través de la orina, pero si disminuyen su función de excretarlo, su nivel se incrementa en la sangre.

La manera en que el ácido úrico elevado se manifiesta en que suele acumularse en los riñones, forma cristales y origina cálculos renales. También puede almacenarse en las articulaciones, lo cual causa dolor en los dedos de las manos y de los pies o en otras coyunturas. No obstante, la doctora Crasborn explicó que en la mayoría de los casos es asintomático.  

Quienes están más propensos de padecerlo, suelen ser las mujeres que están en el período menopáusico, mayores de 65 años, personas con problemas renales y pacientes que reciben quimioterapia.

La prueba para detectarlo es un examen de los niveles de ácido úrico en la sangre. Si el resultado es anormal, puede ser tratado por un médico general o un médico internista. La doctora señaló que el rango normal varía entre mujeres y hombres, en ellas es de 2,4 a 6 miligramos por decilitro, en ellos, de 3,5 a 7.

“Para prevenir este ácido es ideal evitar el exceso de alimentos ricos en purinas como las salsas, sardinas, carnes rojas, hígado, jugos artificiales, dulces, galletas,  gaseosas y bebidas alcohólicas. Asimismo, la comida con alto contenido en fructosa como los plátanos, manzanas y uvas”, enfatizó la doctora Crasborn.