El Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) hizo un llamado para continuar con las medidas sanitarias para evitar contagios de COVID- 19, pues la enfermedad sigue afectando a nivel mundial y en algunos casos la infección ha dejado secuelas neurológicas en los pacientes.

El doctor Francisco Quijibix, médico residente de Neurología del Hospital de Enfermedades, indicó que el COVID-19 causa daños al cerebro, no importando la edad, por lo que puede dejar consecuencias en los pacientes tanto en el proceso de la enfermedad como después del contagio. Las manifestaciones neurológicas que se han reportado en un 36.4 por ciento de pacientes con COVID-19 incluyen dolores de cabeza, mareos, alteración de la conciencia y convulsiones.

“A esas afecciones se suman casos de encefalitis, que consiste en la alteración global del cerebro. Esta se manifiesta como una alteración del estado de la conciencia y el paciente puede presentar fiebre, alteración de la conducta, problemas neuropsiquiátricos en el curso de la enfermedad, esto es más frecuente en los adultos mayores”, destacó el doctor David Navarro Loarca, neurólogo de la unidad mencionada.

El COVID-19 sigue afectando a nivel mundial y en algunos casos la infección ha dejado secuelas neurológicas en los paciente.

Otras de las secuelas del COVID-19 es la mielitis, una inflamación de un segmento de la médula espinal, pérdida de la fuerza muscular y alteraciones en las extremidades, y afección en la vejiga, lo cual causa problemas para ir al baño; también se puede padecer miositis, es decir, inflamación de los músculos.

El coronavirus afecta todo el neuroeje, desde la cabeza hasta el nervio periférico. Una de los principales manifestaciones que muchas personas han experimentado son las alteraciones en la percepción de los sabores y olores. “El 60 por ciento de los pacientes han resultado con discapacidad en los sentidos del gusto y el olfato, en algunos casos se recuperan hasta los seis meses”, dijo el médico residente Raúl Alejandro Suc, de Neurología del Hospital de Enfermedades.

El doctor Loarca puntualizó que el COVID-19 persistente o crónico es real, hay síntomas que se pueden extender más de seis semanas, en muchos casos genera fatiga mental y está asociada a un síndrome de fatiga crónica generalizada, esto debido a que la percepción de cansancio o como el paciente se siente en el día a día se vuelve más pesado o cansado, debido a la inflamación crónica a la que el cerebro se expuso por el virus, y todo esto va crear cambios en los estilos de vida, en el rendimiento laboral y académico personal y familiar.