Aunque se desconocen las causas exactas que provocan una hepatitis aguda en la población infantil, es un padecimiento que puede afectarla desde los primeros meses de vida y hasta la adolescencia, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El pediatra Napoleón Castillo, de la Unidad Periférica Zona 5, (La gastroenteróloga del IGSS, Jessica Rivera), señaló cuáles son los síntomas que se pueden presentar: fiebre, pérdida del apetito, dolor muscular, diarrea, vómitos, dolor abdominal y principalmente la coloración amarilla de la piel y ojos, orina oscura (como refresco de cola) y heces blanquecinas o pálidas.

Las hepatitis son un grupo de enfermedades caracterizadas por inflamar el hígado y cuando su aparecimiento es reciente es una hepatitis aguda, indicó el especialista, y agregó que las hepatitis B, C y D pueden evolucionar durante más tiempo tornándose en crónicas.

Las causas de hepatitis son diversas, pero las virales (A, B, C, D, E y G) son las principales. Sin embargo, también hay otros virus que pueden ocasionarla, entre ellos el citomegalovirus, que pertenece a la familia del herpes, así como el Epstein-Barr; incluso, el virus de la varicela puede causar hepatitis como complicación, agregó Castillo (Rivera).

Recomendaciones

Los padres deben estar alertas y acudir con el médico inmediatamente para recibir atención para un diagnóstico y tratamiento oportuno.

El IGSS cuenta con prevención para algunos tipos de hepatitis gracias a la estrategia atención Integrada a las Enfermedades Prevalentes de la Infancia (AIEPI), que cubre a los recién nacidos durante las primeras 24 horas, hijos de madres portadores de hepatitis B.

Así también está la pentavalente, la cual protege contra cinco enfermedades, entre ellas la hepatitis B, por lo que es importante vacunar a los infantes a los 2, 4 y 6 meses, resaltó la doctora Rivera. Además, el Seguro Social proporciona la vacuna contra la hepatitis A, indicada para niños mayores de 1 año.

Higiene y cuidados

  • Lavado adecuado y permanente de manos.
  • Manejo adecuado de los desechos.
  • Consumo de agua purificada o hervida (libre de patógenos).
  • Evitar comer alimentos de dudoso procesamiento.
  • Asegurar la adecuada preparación, manipulación y conservación de los alimentos.
  • Limpieza y desinfección de superficies, sobre todo en los ambientes donde asisten niños pequeños.