“Antes de 1940 era una enfermedad incurable y causaba una muerte lenta por el aislamiento y la discriminación general”, explicó el doctor Rudy López, infectólogo del Seguro Social, al referirse a la lepra, enfermedad que tiene origen en el complejo Mycobacterium Leprae, mejor conocido como mal de Hansen.
Las manifestaciones iniciales son manchas claras u oscuras, o nódulos que derivan en laceraciones en la piel y pérdida de sensibilidad en la zona afectada. Otros síntomas incluyen debilidad muscular y sensación de hormigueo en las manos y los pies.
Aunque es visible casi siempre en la piel, puede afectar el sistema nervioso periférico, la mucosa del tracto respiratorio superior, los ojos, testículos, órganos renales y, en muchos casos, obliga a la mutilación de los miembros.
Antes de 1940 era una enfermedad incurable y causaba una muerte lenta por el aislamiento y la discriminación general
En la actualidad es perfectamente curable y de muy escasa infecciosidad. Sin embargo, el especialista señala que es importante poner atención en las lesiones de la piel que no se curan con los tratamientos convencionales, adormecimiento de los miembros y deformaciones a nivel nasofaríngeo.
El tratamiento consiste en la aplicación de fármacos antimicrobianos que controlan el crecimiento y replicación de la bacteria. Antes de la administración de estos medicamentos, es necesario realizar una biopsia que confirme el diagnóstico.
Las personas afectadas por la lepra a menudo son discriminadas y estigmatizadas. Esta situación tiene un impacto negativo en el acceso al diagnóstico, el resultado del tratamiento y atención, además de violar los derechos civiles, políticos y sociales.
En el Seguro Social se cuenta con médicos especialistas, equipo y el tratamiento para este y otras afecciones, destacando que desde hace años no se han diagnosticado pacientes con lepra.