La epilepsia es una patología de carácter neuronal que sufren aproximadamente 65 millones de personas en el mundo, unas 325 mil en nuestro país. Por ello, desde hace ocho años, cada segundo lunes de febrero, se conmemora el Día Internacional de la Epilepsia. Este es un espacio creado para reflexionar acerca de la enfermedad que debe ser considerada como cualquier otra no transmisible, cuyos pacientes deben tener suficientes oportunidades laborales y sociales sin ser discriminados.

El Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) exhorta a la población a informarse sobre este padecimiento para tomar las medidas pertinentes en el control de la enfermedad y acudir a los servicios de salud ante cualquier signo o síntoma.

El doctor Nery López Hernández, neurólogo pediatra del Seguro Social, explicó que la epilepsia no es una enfermedad contagiosa, pero puede afectar a cualquiera sin importar la edad, sexo o raza; además, la falta de conocimiento ha generado discriminación y estigma social para aquellos que la sufren.

La epilepsia tiene alto impacto emocional, personal, familiar y social; en muchas ocasiones el problema no son las crisis convulsivas, sino el momento y lugar donde se presentan, pues la persona puede lastimarse durante el episodio. 

¿Qué es la epilepsia?

La enfermedad es un trastorno neurológico en el que la actividad eléctrica y química del cerebro se altera, es decir, se generan descargas eléctricas anormales que se manifiestan cuando un grupo de neuronas se activan en forma descontrolada y excesiva. Normalmente las neuronas trabajan de manera organizada y por pasos, trabajan unas primeras, otras después y así sucesivamente, pero durante una crisis todas lo hacen de forma repetitiva y desordenada.

“Las manifestaciones de estos episodios dependen del área cerebral involucrada y pueden ser desde arresto del estado de alerta, confusión temporal, episodios de ausencia, rigidez del cuerpo, movimientos repetitivos y síntomas psicológicos como sensación de miedo, hasta convulsiones prolongadas. Su frecuencia también es sumamente variable, se dice que el paciente tiene epilepsia cuando presenta al menos dos crisis no provocadas con 24 horas de separación”, precisó el médico.

En la mayoría de casos la epilepsia suele comenzar en la niñez o en la vejez, no obstante, puede desarrollarse a cualquier edad.

“Afortunadamente, un 70 por ciento de casos responden a los medicamentos. Si hay un adecuado apego al tratamiento y control oportuno, los afectados pueden tener una adecuada calidad de vida”, aseguró López, quien agregó que los pacientes deben dormir bien, hacer ejercicio de forma regular, llevar una alimentación sana y evitar el consumo de alcohol.

Qué hacer en caso de crisis epiléptica

  • No agarrar al paciente, limítese a retirar los objetos con los que se pudiera lastimar
  • Si es posible, póngalo de lado
  • No le introduzca nada en la boca ni intente darle medicinas o agua
  • No lo deje solo si no ha recobrado el conocimiento
  • Si la crisis tarda más de cinco minutos, llame a un cuerpo de socorro