El estrés es considerado la enfermedad de salud mental del siglo XXI y según los expertos puede llegar a ser el detonante de la depresión o incluso llegar a generar cuadros de crisis profundos.

Es un sentimiento de tensión física o emocional cuando el cuerpo se prepara para hacer algún esfuerzo. Puede provenir de cualquier situación o pensamiento que hace a las personas estar alertas, sentir frustración, furia o nerviosismo, por ello se afirma que el estrés es una respuesta necesaria para la supervivencia ante los desafíos o demandas diarias.

Sin embargo, a decir del doctor Nery Ortiz, psiquiatra de enlace del Hospital General de Enfermedades del IGSS, el problema radica cuando esta reacción natural se da en exceso, ya que produce una sobrecarga de tensión que repercute en el organismo y causa la aparición de enfermedades y anomalías patológicas que impiden el normal desarrollo y funcionamiento del cuerpo.

Regularmente los síntomas iniciales son insomnio o dolor de cabeza, lo que afecta el bienestar y calidad de vida de quienes lo padecen, pero rápidamente pueden derivar en presión arterial alta, enfermedades cardíacas, hipertensión, accidentes cerebrovasculares, cáncer y diabetes. Los adultos y niños que se mantienen estresados pierden la confianza, son inseguros y les es difícil controlar sus emociones.

El estrés hace que el organismo sea mucho más vulnerable a desarrollar trastornos de la salud graves

Además de su implicación directa en algunos de estos padecimientos, influye indirectamente al favorecer otros factores de riesgo, como la obesidad y el consumo de tabaco y licor. “En definitiva, el estrés hace que el organismo sea mucho más vulnerable a desarrollar trastornos de la salud graves, y como consecuencia, quienes lo padecen llegan a ser ciudadanos poco productivos ya que deteriora de forma importante su funcionamiento cotidiano”, dijo el profesional.

Se recomienda practicar algún ejercicio, dejar tiempo para el ocio, estar más con la familia y los amigos, practicar técnicas de meditación y de ser necesario apoyarse en una consulta psiquiátrica para una evaluación.

Esté atento si tiene algunos de estos padecimientos:

A nivel físico

  • Dolores de cabeza y tensión muscular, generalmente en cuello y espalda
  • Digestiones pesadas, colon irritable, dolores y acidez de estómago
  • Tensión alta que puede desembocar en trastornos coronarios
  • Cansancio físico
  • Enfermedades de la piel: brotes de psoriasis o dermatitis

A nivel psicológico

  • Angustia, nerviosismo y aumento de la ansiedad
  • Alteraciones del estado de ánimo que tornan a estado depresivo
  • Problemas de concentración y memoria
  • Fatiga mental
  • Irritabilidad
  • Insomnio
  • Cansancio mental y dificultad para la toma de decisiones

A nivel conductual

  • Alteraciones de la conducta alimentaria como comer en exceso
  • Aumento de la ingesta de alcohol o tabaco
  • Comerse las uñas (onicofagia)
  • Rechinar los dientes (bruxismo)
  • Desarrollo o aumento de los tics nerviosos
  • Relegar las tareas