Cuando la afiliada Karla Gabriela Gómez supo que tenía insuficiencia renal crónica, buscó en su interior la valentía para enfrentar la enfermedad.

Hoy, lleva dos meses desde que recibió el riñón como un regalo de su hermana menor, Alejandra, gracias al equipo de especialistas del Hospital General de Enfermedades.

Antes de que fuera diagnosticada (2021) tenía síntomas que cualquier persona habría confundido con una molestia pasajera. Los dolores de cabeza no la dejaban con facilidad, le salían moretones sin razón aparente, padecía de frío mientras sus hermanas se quejaban del calor y casi no conciliaba el sueño.

Afiliada Karla Gabriela Gómez.

“No hay que tomar por separado los síntomas. Todos juntos son la enfermedad, por eso es necesario acudir a los chequeos médicos”, advirtió Gómez.

Un diagnóstico como ese es impactante para todos, pero ella sabía que debía tranquilizarse, pues otros integrantes de su familia han sufrido el mismo padecimiento, por lo que estaba al tanto de las opciones para tratarse.

“En ese momento yo no sabía quién podía ser mi donante. Sin que se lo pidiera, mi hermana menor me dijo que sería mi donadora. Creo que ese es un agradecimiento mucho más grande, porque nació de su corazón”, expresó.

Los equipos a cargo de las cirugías de las hermanas Gómez se integraron con urólogos, nefrólogos, anestesiólogos y enfermeras. (Fotografía con fines ilustrativos)

Después de acudir a sus citas de hemodiálisis tres veces por semana, de cumplir con los requisitos del protocolo de trasplante y de salir con un ciento por ciento de compatibilidad con Alejandra, ingresaron a la sala de operaciones alrededor de las seis y media de la mañana.

Dos equipos de especialistas las atendieron a cada una. La cirugía fue en simultáneo. Una vez recibió el trasplante, los doctores le indicaron que debía tomar medicamentos para que su cuerpo no rechazara el órgano, lo cual ha seguido al pie de la letra.

“Todo se dio gracias al Seguro Social. Agradezco a Dios el acompañamiento que hemos tenido por parte de los médicos y de las enfermeras”, reconoció Gómez.

Después del trasplante, Karla retornó a sus labores como perito contador.